Humildad ontológica: Esta cualidad se centra en cómo aceptamos las diferencias de aquellos con quienes nos relacionamos. El modo en cómo actuamos frente a estas diferencias nos define como “controladores” o “aprendices”. Los primeros fundan su autoestima en tener la razón y por ello tratan de convencer al resto de que la tienen, y los segundos mantienen una actitud abierta a los distintos puntos de vista. De ahí que manejen las situaciones buscando el consenso. La humildad ontológica, por tanto, consiste en movernos por la vida con actitud de aprendices.