Sentido de la Vida – Vivir para trabajar

Casi todo el mundo cree que debe trabajar al máximo cuando es joven, con el fin de asegurarse una jubilación acomodada. Sin embargo, pronto se dan cuenta de que después de ocho horas al día dedicadas a una actividad, la mente comienza a divagar y a dispersarse. Cuesta mucho trabajo concentrarse en lo que se hace y, a veces, tener también un sueño reparador.

Con el tiempo, esos síntomas se transforman en un desánimo general. Te sientes triste todo el tiempo, con angustia por tratar de cumplir cabalmente con todas tus obligaciones y con sentimiento de culpa por no lograr que todo sea perfecto.

Es entonces cuando te vuelves irritable. Todo, o casi todo, te desagrada. Entonces justificas tu mal humor diciéndote y diciendo que eres una persona seria, que tus metas están puestas muy alto y que no puedes pasar por la vida sonriendo frente a todo. “Para eso están los perdedores idealistas”, agregas.

Share to...