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Principio 1 de Liderazgo basado en los Evangelios

Principios de Liderazgo basado en los Evangelios tiene como objetivo ejecutar y cumplir los planes en tu organización.

PRIMER PRINCIPIO

LA FORMACIÓN DE LA COMUNIDAD. La vida y el ministerio de Jesús nos ofrecen ejemplos eternos y atemporales de lo que son las habilidades y destrezas del líder. Nadie debiera pensar que puesto que su ministerio ocurrió hace más de dos mil años no haya nada, o casi nada, de sustancia que pueda servir a las personas del siglo veintiuno. En efecto, los Evangelios y lo que nos relatan, contienen un modelo de liderazgo eficaz. Lo que sabemos acerca del liderazgo solo nos confirma el ejemplo de Jesús como el líder más grande del mundo. No ha habido uno en ninguna época que haya tenido tal impacto en el mundo, ni que haya logrado cambios a escala global, como Jesús. Del mismo modo, no hay líder que haya podido crear en sus seguidores la impresión que hizo Jesús en los suyos. Uno podría citar a otras figuras históricas, alegando cómo impactaron a sus seguidores. Y, sin embargo, si bien esas figuras históricas pueden haber obtenido logros monumentales, también han mostrado evidencias de que abusaron del poder al motivar a sus seguidores a hacer cosas extrañas o poco honorables. Jesús, por otra parte, creó un entorno de liderazgo en el que sus seguidores abrazaron la visión de su líder al tiempo que este vivía en carne propia su carácter y su esencia. Cuando nos referimos a Jesús como líder suele surgir el desafío de discernir en qué punto el Jesús divino se interseca con el Jesús humano. Toda discusión en cuanto a su estilo de liderazgo o sus técnicas, debe anticipar la pregunta acerca del origen de esas habilidades y destrezas. ¿Pudo Jesús abrir el camino que inició porque es el Hijo de Dios? ¿O fue el Jesús humano el que aplicó lo que aprendió en treinta años de vivir observando la sinagoga, el mercado, la gente desde el banco de trabajo de la carpintería de su padre José? Al tratar acerca de los extraordinarios ejercicios de liderazgo de Jesús, vamos a ver esas destrezas desde nuestra perspectiva humana, identificándonos con Jesús como líder, un dirigente como nosotros, que debió coordinar sus recursos para poder seguir adelante con su visión.

LA PRIMERA ETAPA DEL LIDERAZGO

Los líderes son capaces de crear seguidores. Sin seguidores, es difícil poder decir que tal o cual persona es líder. Es a la luz de ello que tomamos la primera etapa del liderazgo: el líder tiene que formar unacomunidad. Como lo mostró Jesús, la tarea de formar seguidores, de formar una comunidad, debiera ser prioritaria en las primeras etapas del ministerio.  Pasando por la orilla del mar de Galilea, Jesús vio a Simón y a su hermano Andrés que echaban la red al lago, pues eran pescadores. “Vengan, síganme—les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.” Al momento dejaron las redes y lo siguieron. Un poco más adelante vio a Jacobo y a su hermano Juan, hijos de Zebedeo, que estaban en su barca remendando las redes. En seguida los llamó, y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron con Jesús (Marcos 1:16-20).  Más tarde Jesús volvió al mismo lugar, donde encontró a otro miembro para su comunidad. Las Escrituras nos dicen que sucedió de este modo:  De nuevo salió Jesús a la orilla del lago. Toda la gente acudía a él, y él les enseñaba. Al pasar vio a Leví hijo de Alfeo, donde éste cobraba impuestos. —Sígueme—le dijo Jesús.  Y Leví se levantó y lo siguió (Marcos 2:13-14).  Hasta ese momento de la historia Jesús ha formado una comunidad de cinco personas. Pero no se detuvo allí:  Subió Jesús a una montaña y llamó a los que quiso, los cuales se reunieron con él. Designó a doce, a quienes nombró apóstoles, para que lo acompañaran y para enviarlos a predicar y ejercer autoridad para expulsar demonios. Éstos son los doce que él nombró: Simón (a quien llamó Pedro); Jacobo y su hermano Juan, hijos de Zebedeo (a quienes llamó Boanerges, que significa: Hijos del trueno); Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo, hijo de Alfeo; Tadeo, Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó (Marcos 3:13-19).  Hasta entonces, Jesús formó alrededor de sí una agrupación de doce. Los que escogió unir para definir lo que es una comunidad de seguidores. Consideremos lo siguiente: ¿Podría haber ejercido Jesús su ministerio y liderazgo—revolucionario y mundial—, sin convocar a ese grupo de seguidores? Aunque para Dios habría sido posible pasar por alto los típicos patrones de la formación, la capacitación, la etapa de equipar a sus seguidores y el despliegue de la colectividad de quienes le seguían, ¡no fue eso lo que hizo! Más bien, creó una comunidad. Suele decirse que para criar a un niño hace falta una aldea entera. Y, aunque pocos saben exactamente de dónde viene este dicho, el mensaje destaca que la experiencia de ser padres es de naturaleza comunitaria. El poder comunitario se hace claro si vemos el nivel del impacto que tienen las comunidades sociales en sus integrantes. Como reflejo de ello vemos la que Jesús formó: centrada, con energías, unida en el compromiso con la visión y la misión de él. Es aquí, entre estos doce que eligió Jesús, que hallamos la primera comunidad cristiana.  En esta pequeña colectividad, Jesús empezó a capacitar y preparar aesas personas para que asumieran nuevos roles y responsabilidades. En efecto, es posible que esos seguidores jamás se hayan imaginado lo que la vida les deparaba como resultado de ser miembros de la comunidad de Jesús. Y tal como lo mostraría luego el correr del tiempo, su participación en esa entidad sería absolutamente esencial para su supervivencia. Para entender su importancia tendremos que empezar a explorar los por qué. ¿Por qué empezó Jesús su ministerio formando una comunidad? (No hay posibilidad de que eso tuviera que ver con limitación alguna de su). Cuando leemos los Evangelios, vemos con claridad que había dos potentes dinámicas en acción:  1. Jesús está haciendo la tarea que el Padre le encomendó. Literalmente, esun hombre en una misión. Tiene una asignación divina y no hay posibilidad de que negocie sus responsabilidades. Delegar es imposible. El éxito tampoco es debatible. La misión debe cumplirse. 2. Jesús debe formar una comunidad de seguidores comprometidos para que se cumpla la misión. En consecuencia, Jesús identifica, selecciona y capacita alas personas, formando así un equipo. A menudo Jesús reconoce la poderosa presencia de personalidades con sus individualidades, a medida que van apareciendo sus diferencias. Pero, sin cejar en su tarea, sigue moldeando, dando forma a la obstinada arcilla del individualismo de lo que al fin será una comunidad de fe: ¡Su iglesia!  Este resultado tan notable, el de modelar personalidades, gustos, preferencias, opiniones individuales, etc., requería tiempo. Habría momentos de gran ánimo y aliento, pero también otros enque Jesús se preguntaría si alguna vez llegarían a entenderlo.

EXAMINEMOS LA PRIMERA ETAPA DEL LIDERAZGO

La formación de una comunidad es el primer paso esencial en toda situación de liderazgo. Si se evade este paso o etapa, el potencial del líder correrá gran riesgo. En determinado momento hay que trazar una distinción entre el cumplimiento de una tarea, la concreción de un objetivo o el logro de una meta. Hay situaciones en las que la tarea, el objetivo o la meta se podrán cumplir con el esfuerzo del individuo o el equipo de personas a quienes se les asignó la responsabilidad. Pero con eso no basta. El liderazgo es mucho más que cumplir una tarea, un objetivo o una meta. Tiene que ver con aprovechar y potenciar los recursos para alcanzar más de lo que pudieran lograr la persona o el equipo por sí mismos. El liderazgo tiene que ver con la motivación, la inspiración y la acción. Son conceptos que solamente podrán materializarse cuando se forma una comunidad.  ¿HACE FALTA REALMENTE LA COMUNIDAD?  Ocupar la posición de líder de un grupo de personas no es algo que carezca de desafíos. Muchas veces surgen situaciones en las que, con solo orientar, las cosas no dan resultado. Considera estos ejemplos: Me cuesta liderar si nadie me signe. Uno puedeemitir órdenes, pero eso no significa que la gente escuche. ¿Por qué no escuchan? Muchas veces pensamos que la sola presencia del líder, o de nuestra posición de liderazgo, podrá convertir— como por arte de magia—a un grupo amorfo de personas en una colectividad enfocada en objetivos. Pero si no se forma una comunidad, es posible que las personas reconozcan la responsabilidad del líder, aunque no necesariamente acepten el desafío de seguirle. ¡No hacen lo que les pido! Tal vez, porque todavía el líder no se ha convertido en tal. Como todavía no es su líder, ellos todavía no son sus seguidores. Hasta que se forme la comunidad, prevalecerá el individualismo; los miembros del grupo no podrán invertir de sí mismos en potenciales resultados; y toda posición del líder, como tal, quedará en cuestionamiento. No hay compromiso. ¡No puedo contar con nadie! Es muy frecuente que haya una razón clara y simple en estos casos: se ha pasado por alto, o no se ha llegado a trabajar a fondo, la primera etapa del liderazgo: la formación de la comunidad. Y como falta esa comunidad, falta compromiso. Sin comunidad, No hay cohesión, no hay aglutinamiento de las partes individuales en un todo. Podrá haber un grupo, pero no habrá equipo.  DISEÑAR LA COMUNIDAD. ¿CÓMO SE VERÁ AL FIN?  ¿Qué tipo de comunidad debemos formar? Es importante responder esta pregunta con claridad y definición. Jesús sabía con exactitud cómo era la que iba a formar: una comunidad ministerial. Las historias de los Evangelios la definen como una comunidad tipo servicio ministerio. Además, el concepto era análogo a su visión. Los miembros de ella entendían cuál era la naturaleza primaria de su participación, aunque no pudieran definir con precisión todo lo que harían en el futuro inmediato. Aun así, en su etapa más temprana, los miembros de la comunidad tenían esa idea fundamental que les brindaba conocimiento detallado del propósito y la función de la comunidad que conformaban. Para que la comunidad llegue a ser agente de transformación, o vehículo mediante el cual pueda cumplirse una tarea, objetivo o meta colectivos, necesitará tener el poder de atraer y centrar la atención de las personas de modo que el objeto del foco sea más fuerte que cada individuo. Antes de poder contemplar cualquier acción, el líder tendrá que ocuparse del hecho de formar su comunidad. Cuando las personas con las que te asignan trabajar se reúnen, no lo hacen como comunidad. Sí, tal vez compartan el lugar de trabajo en la misma oficina o corporación. O asistan a la misma iglesia, o al mismo club. Pero más allá de dónde estén afiliados, solo podrán unirse como grupo y esperar aclaraciones e información para poder afilar su perspectiva. Por otra parte, el grupo podrá identificarse con el objetivo o propósito, pero sin la suficiente motivación e inspiración, las posibilidades de que actúen de manera dirigida específicamente al objetivo tal vez no se concreten. Como lo vemos en los Evangelios, fue dentro de la comunidad que Jesús empezó a motivar e inspirar a sus discípulos. Fue en comunidad con él que escuchaban sus historias y parábolas; allí empezó a surgir al panorama completo. Estas experiencias fueron fuente de motivación e inspiración para ellos. Sin duda alguna, Jesús fue un líder tan eficiente que podía haber motivado e inspirado a cada discípulo con su visión particular del ministerio. Al hacerlo, esas personas podrían haber tenido el entusiasmo suficiente como para lanzar su misión. Sin embargo, el liderazgo de Jesús nos presenta un ejemplo de su reconocimiento acerca del poder exponencial que solo surge cuando la comunidad se forma, se motiva e inspira para actuar. Antes de ver en detalle lo que es la formación de la comunidad, veamos algunos conceptos de lo que ella es y cuál es su relevancia en el ámbito del liderazgo: La formación de la comunidad facilita el establecimiento de relaciones o el enriquecimientode las ya existentes. El liderazgo en el entorno postmoderno se ve alimentado por las energías relacionales. Aquí se incluye un diagrama del liderazgo relacional¹. Cada uno de estos aspectos representa un valor a ser explorado y afirmado en la formación de la comunidad.

liderazgo orientado al proceso

formación de la comunidad libera el poder concentrado del grupo para enfocarse enconceptos, experiencias y conjuntos de destrezas. La forma en que lo consigue es mediante la incorporación del todo a un relato convincente. Las capacidades y destrezas particulares de las personas que antes estaban desconectadas se multiplican si se les nutre, enriquece y define en un relato común. La formación de la comunidad suma anchura, profundidad y alcance a cualquier emprendimiento. Como inversores, losmiembros de la comunidad producen efectos colaterales en la tarea, el objetivo o la meta, gracias a sus capacidades y destrezas. La formación de la comunidad facilita los vínculos, la aceptación, la integración y la asimilación. Técnicamente, los grupos pueden considerarse comunidades en cuanto a la estructura. Pero la verdadera comunidad se forma recién cuando el grupo se convierte en una comunidad orgánica (encontramos los pasos para llegar a ser una comunidad orgánica en los seis principios del liderazgo que Jesús les enseñó a sus discípulos. Al avanzar en estos principios descubrimos cómo transforman las perspectivas y el potencial que tiene la comunidad).  ¿NO PODRIAMOS TAN SOLO CANTAR CUMBAYA?  En estemomento tal vez te preguntes: ¿Con qué propósito hay que formar una comunidad? Bien, el verdadero liderazgo insta a la formación de la comunidad por medio de un conjunto de ejercicios que intentan conseguir que esa entidad sea orgánica. Más adelante tenemos siete razones que explican por qué hay que formar una comunidad. Te ayudarán a pensar en los tipos de ejercicios que resultan útiles en este proceso. Los ejercicios para la formación de la comunidad son tan diversos como lo son las personas que conforman tu grupo. Es obvio que la necesidad y los resultados de los mismos variarán de grupo a grupo. Aunque todos sean receptivos a la creatividad y lo lúdico, siempre necesitan originar sentido y significación, respeto, y el concepto de desafío.

  1. ROMPER BARRERAS

La formación de la comunidad ayuda a romper las barreras que pueda haber entre las personas, ayudándolas a transitar desde la subjetividad del individualismo a la objetividad de la colectividad y el trabajo en equipo. Una de las razones por las que existen esas barreras es porque hay historias específicas y dispares únicas de cada persona. Vivimos a partir de nuestra propia historia o relato. ¿Te imaginas a un grupo de personas que unen sus historias, pero que nunca descubren una meta historia que pueda ofrecerles un medio de conexión, colaboración y cooperación?  Ejercicio En el diagrama del liderazgo relacional (véase p. 24), considera la palabra “inclusivo”. ¿Qué significa ser incluido? ¿Y cómo se siente el que es excluido? ¿De qué modo podrías causar un impacto en el objetivo de tu grupo si parte de los miembros sienten que han sido excluidos o que no logran que se les incluya en el círculo? Piensa en actividades que hagan que la gente se comprometa. Las personas que trabajan con grupos suelen decir que son actividades “para romper el hielo”. Con la creatividad necesaria, piensa en ideas que rompan el hielo. Hay muchos recursos que brindan ejercicios o actividades diseñados para ayudar a que la gente venza las barreras que las separan. La formación de la comunidad tiene que ser intencional. Por eso, hace falta que el líder tenga intencionalidad. Las actividades más eficaces son las que consiguen este elemento formador de la comunidad sin imponerse, sin demasiada fanfarria. Hay acciones sencillas que dan señales de intencionalidad al incluir a todos, que pueden promover sentimientos de inclusión. El uso de actividades para romper el hielo podrá garantizar cierto nivel de familiaridad, pero ¿logra brindar el nexo tan esencial para que el compromiso creativo pueda surgir? Tal vez no. Pero hasta que no seamos capaces de romper algunas de las barreras artificiales, echar algo de luz sobre la oscuridad y desarmar la armadura defensiva de la resistencia, la formación de la comunidad avanzará muy lentamente, y todo nos llevará mucho más tiempo.

  1. DAR PODER A CADA UNO DE LOS MIEMBROS DEL GRUPO

Hasta tanto estemos convencidos de que hay un lugar para nosotros en la historia general que convoque nuestro compromiso, nos mantendremos escépticos en cuanto a invertir en ella. La formación de la comunidad contribuye a esa perspectiva, nivelando el campo de juego puesto que da poder a cada persona. Cada uno trae algo a la mesa. Tal vez se trate de un sofisticado conjunto de destrezas, o de una experiencia o perspectiva en particular. Otros contribuirán con aportes como su tenacidad, su coraje, su calidez, etc. No importa qué sea lo que se traiga a la mesa, se celebra a cada persona y se la afirma en la comunidad, dando la bienvenida a sus aportes y valorándolos. Para lograrlo, sin embargo, tenemos que hacer más que solo recibir a todos con alegría en la mesa de la participación: tenemos que avanzar para darles poder. La comunidad no será muy eficiente si hay demasiados miembros que son solo espectadores. Además, al darles poder, su compromiso se basará en la convicción. Estaremos reconociendo la autenticidad y el valor de los potenciales aportes de cada uno y más todavía, validaremos y legitimaremos su participación, dando credibilidad y valor al todo. Uno de los elementos clave en toda comunidad es el sentimiento de pertenencia. Si uno no siente que pertenece al grupo, solo llegaremos hasta allí: a la formación de un grupo. Pero si las personas sienten que pertenecen, dejarán de lado los típicos sentimientos de sospecha, miedo, incomodidad o faltad de confianza, para sensibilizarse con otros sentimientos que reconocen el lugar de cada uno, su potencial aporte y la aceptación dentro de la comunidad. Y eso, también, es una de las funciones de la intención de dar poder a cada uno.  Ejercicios Los líderes eficientes descubren muy pronto los aportes diversos que traen los distintos miembros del grupo. Hay preguntas que suelen facilitar la comunicación por parte de los copartícipes. Los estudios revelan que nivelamos el campo de juego para los participantes si creamos diálogo que aliente, que les dé poder. Por ejemplo, podemos simplemente pedirles a los miembros del grupo que nos digan qué piensan sobre la tarea, el objetivo o la meta que tratamos de alcanzar. Es por eso que la historia tiene un lugar tan importante en la formación de la comunidad. Porque dentro de la historia, el relato y la respuesta de cada uno tenemos la posibilidad de dar un vistazo al corazón y la mente de cada persona; lo que nos revela prioridades, valores, intereses y experiencias. Por otra parte, el hecho de poder expresarse nos podría ofrecer el beneficio adicional de ver qué destrezas o responsabilidades específicas se relacionan con las experiencias del pasado. Y eso tiene valor, porque podrán aplicarse a la nueva tarea o misión del grupo.

  1. PROMOVER LA EQUIDAD

La formación de la comunidad ayuda a que cada miembro tenga su lugar de igualdad dentro del grupo. Cada tarea requerirá de liderazgo, uno que pueda canalizar eficazmente el potencial del grupo en una comunidad de pares que son todos diferentes. Lograr equidad dentro de la diversidad es un factor esencial para la buena formación de la comunidad. Estas características son funciones del término “con propósito”, que hemos visto en el diagrama de la página 24. Esta cualidad se ha definido como encontrar un “terreno común para establecer un propósito común”². La verdadera comunidad sabrá compilar una historia que tenga sustancia y poder, basándose en el contenido de los relatos individuales que cada miembro del grupo aporte. Esa diversidad presente jamás palidece en pos de una unidad artificial. La rigidez y la inflexibilidad han de ceder ante las expresiones creativas de la experiencia y la perspectiva. Cuando se aceptan nuestras historias como parte esencial de nuestro ser y se celebran como ricos recursos de donde surgirá la nueva historia de la comunidad, entonces—y solamente entonces—podrá promoverse la verdadera equidad.  Ejercicio Tal vez la definición más sencilla de “par” o “grupo de pares” sea: personas que tienen problemas o circunstancias similares. Es importante entender el potencial de los grupos de pares. ¿Qué hacen, exactamente, los grupos de pares? Podríamos pensar en ellos como grupos con las siguientes características:  Se apoyan los unos a los otros.  Se comunican sus historias.

Formulan preguntas sobre objetivos, condiciones, habilidades, plazos, y otros factores específicos.  Hay retroalimentación de la información en el día logo.  Los líderes eficientes, los que logran que las cosas se hagan, encuentran maneras para aprovechar esos enormes recursos. Un esfuerzo intencional del líder para formar comunidad es reconocer la importancia de formar parejas o grupos de personas que se nutran y apoyen mutuamente. El corazón del líder que tiene compasión siempre dirá: ¡No abandonaremosa ninguno de los miembros de nuestra comunidad! Este valor es en realidad un subproducto, un beneficio de haberse orientado hacia el proceso que logra el compromiso por parte de todos los del grupo. Sin embargo, es más que tratar de atender a los sentimientos de todos: es conectar las fuentes de energía presentes en la comunidad, que todavía no han llegado a expresar todo su potencial. Mientras sigamos siendo individuos desconectados y con discrecionalidad, no existirá la red que haga fluir el producto de nuestros procesos. Por otra parte, si nos concentramos en orientarnos hacia el proceso continuo, la comunidad podrá vincularse en una red poderosa que servirá como multiplicador de las eficiencias en potencia.

  1. ENGENDRAR UNA IDENTIDAD COMÚN

La formación de la comunidad promueve la concepción de una identidad común. Los términos ellos y lo de ellos se convierten en nosotros y lonuestro. Aunque puede llegar a usarse en demasía la palabra inversión, o compartir, detodos modos veremos que expresan conceptos valiosos que son esenciales para el logro de un objetivo o la consecución de una tarea. Un importante fabricante de mobiliario para oficinas dice que el espacio de las oficinas es espacio Yo (privado) y espacio nosotros(colectivo). En una época, una oficina grande en una de las esquinas, con mucho espacio Yoera símbolo o señal de éxito. Pero en nuestra era postmoderna, la arquitectura corporativa está cambiando para reconocer la importancia de la comunidad. Hoy, el énfasis está en desarrollar lugares de espacio común, un espacio nosotros, en los planos de las oficinas. Si el grupo pasa más tiempo en espacios del tipo nosotros, se aumentan las posibilidades de engendrar una identidad común.  Ejercicio ¿Qué significa la palabra accionista oinversor? Puede referirse a quienes tienen interés en una decisión en particular, sea como individuo o como representante de un grupo. Eso incluye a quienes influyen en la toma de decisiones y también a los que se ven afectados por estas.

Busca formas de aprovechar el potencial que puedan tener los miembros de la comunidad. Así, estarás incluyendo a los que se sientan abrumados, confundidos y hasta asustados de participar en los objetivos de la comunidad en general. Por, sobre todo, nuestras interacciones con la comunidad tienen que ser éticas. No hay nada que cause más daño o distorsión en el objetivo de la comunidad que el remplazo de conductas o parámetros por lo que no es ético. Como líder, estarás pidiendo que cada miembro de la comunidad crea e invierta. ¡Solo lo conseguirás manteniendo los más altos ideales de la ética!  6. Promover la participación La formación de la comunidad promueve la participación de todos. Aunque tal vez sea cierto que algunas comunidades tienen en común un sentimiento de inercia pasiva, también puede darse lo contrario. La comunidad tiene poder para motivar a sus miembros. Tiene potencial para alimentarse, para descubrir recursos que la renueven. Pero esta posibilidad de dar rienda suelta a la energía latente y acumulativa no se da al instante. Requiere de práctica, de ensayos. Hay un pasaje potente en el Antiguo Testamento, en el libro de Malaquías, que nos habla del poder que tienen el ensayo y la práctica:  Los que temían al Señor hablaron entre sí, y él los escuchó y les prestó atención.

Entonces se escribió en su presencia un libro de memorias de aquellos que temen al Señor y honran su nombre (3:16).  La comunidad necesita ensayar, repasar su historia para poder dar lugar a la renovación, al poder que refresca energías para concretar sus propósitos y objetivos.  Ejercicio ¿Qué es lo que motiva a la participación? ¿Qué es lo que te motiva? La representación es clave en la participación dentro de un grupo. Porque la representación alienta a participar. Piensa en estas preguntas y aplícarlas a tu grupo mientras te preparas para completar la tarea asignada o para concretar el objetivo que se han propuesto: ¿Se encuentra representado adecuadamente cada uno de los miembros de la comunidad? ¿Se reconoce la presencia de cada uno? ¿Se oyen sus puntos de vista? ¿Están aprendiendo todos, al escucharse unos a otros? ¿Se espera que todos los participantes se comprometan activamente? ¿Se está forjando confianza?

El honor es otro de los componentes clave de la participación. Honrar a cada uno como participante, como aportante, como componente necesario en la imagen completa hará que se fomente la confianza entre los integrantes del grupo. Y esa confianza solo trae beneficios para la concreción de los logros. ¿Cómo tu comunidad ensaya y repasa su historia?  7. Alentar la inclusión La formación de la comunidad requiere que se promueva la inclusión, creando un sentimiento de pertenencia y aceptación dentro del grupo. Aunque ya hablamos de esta idea en los puntos anteriores, es importante destacarla en términos de la formación de la comunidad. Si el grupo se convierte de veras en una comunidad, la equidad deja de ser una proposición nominal en el reglamento del grupo para convertirse en un valor central, que cada miembro defiende y promueve. Los miembros de la comunidad deben aceptarse mutuamente, con hospitalidad sincera. Deben reconocer las diferencias y aceptarlas. Necesitan hablar verdades con responsabilidad si hay problemas que puedan poner en peligro el relato de la comunidad. Habrán de sentir profundo afecto por cada uno de los demás, apoyándolos cuando haga falta. La comunidad reconoce que no hay historia ni relato que puedan florecer si no reciben aportes nuevos. Por eso los miembros del grupo implementan políticas de inclusión, dando la bienvenida al de afuera con hospitalidad y escuchándolo con todo el corazón.  Ejercicio Ya mencionamos el poder del diálogo como elemento que contribuye a formar eficazmente una comunidad. Con el poder del diálogo viene también la importancia de escuchar, componente clave de la inclusión. Cuando escuchamos estamos respetando. Y cuando respetamos, ganamos credibilidad. La credibilidad es señal de aceptación y una gran invitación a formar parte de la comunidad. El liderazgo eficaz requiere que sepamos escuchar activamente. Aun Jesús les preguntó a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que soy yo?” (Marcos 8:27). ¿Acaso fue porque Jesús no sabía en realidad lo que pensaban de él? No lo creo. Más bien me parece que Jesús quería, sinceramente, oír cuál era su punto de vista. ¡Qué respeto mostró por ellos! Les pedía su opinión; por eso cuando sinceramente pedimos la opinión de los demás, estamos incluyéndolos. Tómate un tiempo para practicar y escucha a los demás. Estarás incluyendo a los miembros de tu grupo. Sugiere situaciones problemáticas que requieran de una solución probable. Y pide que los del grupo aporten soluciones, tomando todas como posibilidades. Mantente con esa disposición a escuchar, ofreciendo inclusión. Ese es el ejercicio, más que el hallar la mejor solución.

CINCO FORMAS DE MANTENER EL PROCESO DE FORMACIÓN DE LA COMUNIDAD

Ya armé un grupo de personas, ¿podemos ahora pasar a la etapa de cumplir con nuestra tarea? Nonecesariamente. La formación de la comunidad no es solo reunir a un grupo de personas y hacer que fluya la dinámica mientras todos se escuchan entre sí. Como líder, verás que tu grupo tiene la constante necesidad de mantenerse como tal desde adentro y también desde afuera. Recuerda que la concentración y el enfoque de tu grupo tienen que ser el producto final. El proceso para alcanzar la meta tiene que configurarse de manera más que eficiente y productiva. Si bien la comunidad a fin de cuentas reconocerá las capacidades, funciones y responsabilidades del liderazgo, si ese liderazgo se ve continuamente en riesgo, podría estar indicando que la formación no se ha concretado de manera adecuada. Hay una diferencia entre un proceso que requiere de ajustes y el desafío al liderazgo. Lo primero representará comprensión de la situación, integridad, compromiso, etc. Lo último, sin embargo, ¡podría estar representando las primeras etapas de un motín! Una forma certera de poder distinguir estas diferencias tiene que ver con el nivel de energía que hay dentro de la comunidad. Porque el desafío al liderazgo disminuye las reservas de energía, en tanto que la crítica constructiva las alimenta. Los líderes comprometidos con la formación de su comunidad continuamente verifican si hay señales de aislamiento en los miembros del grupo. Es obvio que el aislamiento podrá darse de distintas formas. Si algunos miembros permanecen aislados, implementa algunos ejercicios que recuperen la unidad del grupo. Son ejercicios que contendrán elementos que destacan la presencia de señales de aislamiento, eliminándolas. La formación de la comunidad corre riesgos si algunos miembros del grupo se muestran indiferentes a las necesidades y los sentimientos de otros. ¿Cómo podría el grupo ocuparse de un desafío importante si no responde a las necesidades de los que lo conforman? Como líder es responsabilidad tuya reconocer las necesidades y los sentimientos de cada persona. La falta de acuerdo en cuanto a la tarea u objetivo del grupo podrá poner en riesgo la formación de la comunidad. Utiliza tus habilidades de líder para que el grupo pueda tomar el rumbo que lleve a una perspectiva acordada. Así estarás sincronizando los movimientos del grupo hacia la consecución del objetivo. La lealtad de la comunidad es un ingrediente clave para el éxito. Si hay muchos miembros que flaquean en su lealtad, entre sí y con respecto a la comunidad como conjunto, quedarán en riesgo la identidad y el objetivo del grupo. Como líder, es importante que crees un entorno delealtad, que los miembros del grupo quieran conservar y reconozcan que es necesario hacerlo. La energía, la imaginación y la motivación son jugadores clave en la consecución de un grupo eficiente. Pero si no hay comunidad, o esta se debilita, tal vez sea porque el líder es el único que brinda esos factores. Tendrás que encontrar la forma de que todos losmiembros del grupo promuevan la energía, la imaginación y la motivación en cada una de las reuniones.  ELMOMENTO DEL Diagnóstico ¿Qué es lo que vincula a las personas? ¿Cuáles son las cosas que pueden tener en común? ¿Cómo logra uno reunir individuos, derribando barreras y permitiendo que esas personas se conecten en el espíritu? Aunque hay muchas formas que permiten el desarrollo de la comunidad, las mejores estrategias parecen surgir de los líderes que entienden con toda claridad al grupo con el que trabajan. Los vínculos, el trabajo en red, el compromiso, son términos que describen el proceso de formación de la comunidad. Para los que trabajamos en iglesias y grupos dentro de nuestras comunidades de fe, hay muchas ventajas inherentes. Podemos adorar juntos a Dios. Podemos congregarnos. Podemos departir. Es más, ¡hay tantas formas de realizar ejercicios para la formación de la comunidad como ocasiones para reunirnos! Sin embargo, hay otro aspecto que tenemos que tomar en cuenta: ¿Qué pasa si se observa una evidente falta de comunidad? ¿Qué, entonces? En este caso, será necesario reevaluar al grupo. Aplica las siguientes preguntas para diagnosticar la conformación y el desempeño de tu grupo. ¿Es un grupo demasiado grande como para formar una comunidad? Aunque tal vez no sea probable, puede suceder que haya demasiados llaneros solitarios que buscan preservar su espacio y guardar distancia con respecto a los demás. Eso significará que tal vez haya que reconfigurar al grupo para que sea eficiente. Si es así, el grupo inicialmente podrá considerarse uno de enfoque y, entonces, ya reducido, el grupo más pequeño podrá avanzar en la trayectoria hacia la comunidad. ¿La historia del grupo es de alineamiento voluntario? ¿O se formó sin que las personas pudieran decidir que lo conformarían? Si el grupo se formó por mandato, el liderazgo deberá tener paciencia y creatividad, orientándolo hacia la formación de una comunidad mediante ejercicios y experiencias. ¿Han pasado tiempo suficiente trabajando en la formación de la comunidad y con los ejercicios relacionados con esta? A veces hace falta más que entonar una canción o recitar una oración. Quizá necesiten congregarse, adorar juntos y hasta jugar para que el grupo se convierta gradualmente en una comunidad. ¿El líder o los líderes son modelos de comunidad? Si lo que se vive está desconectado de lo que se dice y lo que hacen los líderes, el grupo siempre seguirá lo que observe, no lo que se predique.

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