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Principios de Liderazgo basado en los Evangelios

Principios de Liderazgo basado en los Evangelios tiene como objetivo ejecutar y cumplir los planes en tu organización.

DAVID J. FELTER

Introducción:

Todos tenemos el objetivo de lograr que las cosas se hagan. No importa cuál sea tu profesión o empleo, saber cómo alcanzar tus objetivos requerirá de cierta cuantía de destrezas diversas. La tarea siempre es más sencilla si posees las herramientas adecuadas; todos conocemos muy bien lo que significa emprender una tarea sin las herramientas correspondientes. Llegado el momento, una de las opciones será avanzar, sabiendo que no tienes la herramienta adecuada y pensando que de alguna manera lograrás que lo que tienes tendrá que servir. Pero la otra opción, que considero mejor, es adquirir la herramienta adecuada. Terminada la tarea, el proyecto se habrá completado correctamente y habrás sufrido menos estrés, gastando menos energía; por lo que sentirás más satisfacción. El trabajo de tu vida, más allá de tu profesión o empleo, presenta una cantidad de desafíos muy similares a esos proyectos cotidianos que requieren de los instrumentos adecuados para poder llegar a resultados exitosos. Sea cual sea el desafío o el programa que enfrentas en tu empleo, en tu posición de liderazgo o administrativa, las herramientas que te permiten hacer frente al desafío o problema podrán hacer distinguir el éxito del fracaso. Al examinar tus objetivos y metas, y mirar de cerca el desafío, la misión o las tareas que tienes delante, podrás formarte la idea de los instrumentos que necesitas para cumplirlos. Y así como los mecánicos aeronáuticos o los neurocirujanos tienen un conjunto básico de herramientas con las que trabajan, también tú podrás tener un conjunto básico que te brinde una clara ventaja mientras cumples con tus responsabilidades como líder. Las instrucciones para ese proyecto que hace tanto dejaste en el garaje acumulando polvo requerían del uso de pinzas, un destornillador y una llave. Parece bastante sencillo, ¿verdad? Pero si lo ves más de cerca, y los diversos elementos que implica, verás si necesitas pinzas finas o tenazas, un destornillador Phillips o plano, o una llave inglesa o fija. Las instrucciones son precisas hasta cierto grado. Se requieren tres herramientas. Y si te fijas un poco más, verás que hace falta mayor especificidad para poder completar el proyecto de manera eficaz. Es decir, que con solo unas instrucciones básicas y un conjunto mínimo de herramientas no necesariamente tendrás todo lo que te hace falta para concretar lo que quieres. Es más, podrías precisar más que el solo saber cómo o dónde encontrar una herramienta en particular. A eso lo llamamos escenario. Tendrás que tener acceso a él, a la imagen completa, para saber exactamente cómo emplear las herramientas que acabas de conseguir. ¡Por eso a los hombres nos gustan tanto los folletos de instrucciones con imágenes! No hay carrera, empleo o profesión que no tenga que ver con las demás personas, en mayor o menor grado. El maestro más grande que jamás haya vivido entendía a los seres humanos, por lo que reunió a un grupo de personas que cambiaron al mundo en maneras que jamás podrían haber imaginado. Sí, ese maestro fue Jesús, y esas personas que trabajaron con él eran la docena de discípulos que él mismo escogió, de casi todos los ámbitos de la vida. Jesús sabía cómo transformar a la gente a partir de un grupo de personas provincianas, para llegar a formar un equipo poderoso que haría frente a obstáculos abrumadores, con el fin de lograr algo que nadie jamás intentó siquiera; ni qué pensar en que alguien lo hubiera conseguido. Podía tomar a un pescador grandote, que se sentía más cómodo recogiendo las redes que tratando con las multitudes, para transformarlo en un líder global. Se han escrito cantidades enormes de volúmenes serios, populares y académicos acerca de las habilidades de liderazgo de Jesús. De modo que ofrecer un libro más, en un ámbito con tantos recursos, es una tarea que asusta un poco. Pero este material tal vez pueda brindar una perspectiva novedosa que nació estando yo sentado en una habitación de un hotel, un día frío, nublado y lluvioso de invierno. Mi esposa y yo estábamos en Fort Worth, asistiendo a una conferencia en la que esperaba obtener información y entendimiento de cosas que pudieran ayudarme en mi profesión. Ese día en particular, estaba esperando a mi esposa, que había salido un rato a hacer unas compras. Mientras ella recorría tiendas, yo pensaba en una pregunta que rondaba con persistencia en mi mente y mi corazón. Era una pregunta simple: ¿Cómo fue que Jesús discípulo a una docena de hombres y en tres años los dejó con la seguridad y la confianza de que continuarían su ministerio? (Y no solo lo continuaron, sino que en realidad lograron más que él en sus tres años de ministerio). Es obvio que donde debía empezar a buscar las respuestas a una pregunta como esa era en los Evangelios. Así que tomé una Biblia y empecé a leer, buscando alguna idea al azar que pudiera responder mi pregunta. Mientras leía me percaté de que iba resumiendo las enseñanzas de Jesús en principios, y en pocas horas descubrí un patrón del que surgieron seis muy sencillos, aunque profundos:  • La formación de la comunidad • El cruce de fronteras • Aclarar conceptos y poner a prueba suposiciones • Establecer acuerdos provisorios • Armar soluciones que busquen el consenso • El ser viene antes que el hacer Todo eso sucedió en una habitación de hotel hace unos quince años. Desde ese momento he vivido con esos principios en lo más profundo. Los he puesto a prueba en cantidad de situaciones y he practicado con ellos en proyectos grandes y pequeños. Analicé sucesos, cosas que han pasado y sus resultados, buscando si esos principios estaban presentes o no. Y me asombró la correlación entre la presencia de esos simples principios y la frecuencia con que se producían resultados aceptables y hasta excepcionales. Es obvio que no estoy haciendo alarde del poder o potencial de un conjunto de principios accionables que alguien haya soñado o inventado. Estoy informando lo que descubrí que es verdad, al emplear estos seis principios o ver que los usaban otras personas. Y lo opuesto también es cierto: he contemplado situaciones en las que no se tomaron en cuenta estos principios y visto que los resultados obtenidos eran mucho menos que lo que se buscaba. Por tanto, ahora te presento esos principios. En este texto hallarás lo siguiente:  • Seis principios de liderazgo de Jesús, en el primer siglo • Cómo aplicar esos principios a situaciones actuales • Cómo identificar algunos de los errores más comunes que se cometen desde la posición del liderazgo y la forma en que puedes evitar esos errores Dicho esto, echemos una mirada a esos seis principios.

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